sábado, 1 de noviembre de 2008

Por qué creo

En el mes de julio me quedé sin trabajo de la noche a la mañana, sin aviso previo, es más… sin aviso. La última revista para Spanair que traduje se cayó en el avión del accidente de agosto de Barajas. No veía la salida, pero tenía ganas de salir. Debo reconocer que mi único motor en esos días tiene casi 6 años y mide 1,10 m. Sola no se si hubiera podido.

Recurrí a todo lo que sabía, a lo que había aprendido hasta entonces pero nada parecía surtir efecto. Mi amiga Marisol se cansó de recomendarme el libro El Secreto, pero a pesar de que suelo comprar libros por Internet, no lo hacía.

Una tarde, por “casualidad”, entro a una tienda acompañando a alguien y allí estaba el libro, en una estantería con apenas unas pocas novelas carentes de interés para mi, en un pueblo segoviano de poco más de 1000 habitantes. Lo compré y lo saboreé poco a poco. PIDE, CREE, RECIBE, dice El Secreto. Y yo pedí y creí que recibiría y fui paciente. En medio de la espera, leí mucho sobre el tema, sobre la Ley de Atracción (atraes lo que piensas), sobre la Ley de Gestación (todo tiene su tiempo para ocurrir, que no ocurra ahora mismo no quiere decir que el Universo no esté en ello). Fui paciente, soy paciente, porque la paciencia es fundamental cuando esperamos algún cambio. Cambié, entretanto, mis pensamientos negativos por positivos, cada vez que me daba cuenta de ello. Y esperé. Bendije y agradecí por el trabajo que estaba realizando, pensando que era provisional hasta que el trabajo que verdaderamente quería, llegara. Nada llegó de la noche a la mañana, pero hace pocos días, sonó mi móvil. Número desconocido. Una conocida me pregunta si estoy disponible para dar clases de inglés durante solamente cuatro horas de lunes de viernes con un sueldo casi igual al que tenía cuando trabajaba para la revista. ¿La diferencia? ¡Al menos 5 horas menos de trabajo!

Entonces, si me preguntáis si creo en la Ley de Atracción, mi respuesta es si, si, si, y mil veces si. Siempre teniendo en cuenta que el Universo no “lee” los NO cuando pedimos. Si digo NO quiero engordar, el universo “lee” lo contrario y nos manda más de lo mismo. También debemos tener en cuenta que nuestra mente es demasiado lista y que si le decimos “Estoy flaco”, pero en realidad tenemos sobrepeso, no contesta “Mentira, mentira cochina”. Y esto último es lo que va a escuchar el Universo. Teniendo esto en cuenta, lo que nos debemos decir, lo que deben escuchar nuestra mente y el Universo es “Estoy en el proceso de adelgazar/ de dejar de fumar/ de sentirme feliz, etc.”

Solo estoy aprendiendo, solo voy paso a paso, pero confío, creo en que el universo me da lo que quiero, lo que necesito. Pido y me olvido de ello, y cuando menos me lo espero, como esa mañana, ocurre.

Y estoy segura de ello porque se que la solución a todo está dentro de mí. PIDE; CREE; RECIBE.

4 comentarios:

mia dijo...

No importa la forma, el color o el material que tenga ese "Bastón" que nos ayude a caminar, lo único importante es que confiemos en el para dar nuestros pasos con total seguridad no es verdad???

Anónimo dijo...

ire por el libro...
es para mi un excelente momento

BETTINA dijo...

Mía: Lo ideal es caminar sin bastón, pero estamos de acuerdo que cuando una renguea, es preferible tener uno a mano, sin sobrecargarlo, claro está para no quebrar al bastón. Pero si, mi cohete rubio ha sido y es una bomba de energía que me ayuda a desear despertar cada día.

Lala: Me alegro mucho por ti y más me alegro de que estés en un excelente momento!

Yuria dijo...

Dice Jesucristo: "Pedid y se os dará". Y es así, si lo hacemos con convicción.

Este blog me atrae creo que más que el otro.

Saludos nuevamente.