miércoles, 22 de octubre de 2008

La Trampa del Oso


Quiero compartir con vosot@s este texto extraído del libro Tus Zonas Erróneas, de Wayne W. Dyer.

La película Bear Trap (La Trampa del Oso) de Walt Disney, narra la historia de una mamá osa y sus dos bebés durante sus primeros meses de vida. La osa enseña a sus cachorros a cazar, a pescar, a subirse a los árboles. Les enseñó a protegerse cuando se encontraban frente a algún peligro. Entonces, un buen día, siguiendo sus instintos, mamá osa decidió que había llegado la hora de irse. Obligó a los oseznos a encaramarse a un árbol, y si siquiera echar una mirada atrás, se fue. ¡Para siempre!

Dentro de su mente de osa había pensado que ya había cumplido con sus responsabilidades maternales. No trató de manipularlos para que la visitaran alternativamente un domingo si y otro no. Nos los acusó diciéndoles que eran desagradecidos, ni los amenazó con tener un colapso nervioso si la desilusionaban en lo que ella esperaba de ellos. Simplemente los dejó.

En el reino animal, ser padres significa enseñar a los hijos a valerse por si mismos para que puedan ser independientes, y luego dejarlos. En el caso de los seres humanos, el instinto sigue siendo el mismo, esto es, el de ser independientes, pero nos domina la necesidad neurótica de poseer y de vivir nuestra vida s través de nuestros hijos, y el propósito de educar a un niño para que sea independiente se confunde con la idea de educar a un niño para aferrarse a él.



Y tú, ¿qué esperas de tus hijos?


"Tus hijos no son tus hijos, sino los hijos e hijas de la vida."

7 comentarios:

mia dijo...

Ni te he podido leer... pero si acabo de ver tu invitaci'on, Un beso enorme desde Boston, salimos ahora de nuevo para NY, ya nos vermos a la vuelta preciosa

Anónimo dijo...

dificil no?

MARIA dijo...

pues no se.... q sean felices

Unknown dijo...

¿Tengo realmente derecho a esperar algo?...

Sólo espero haber sido buen padre cuando echen a volar...

Un abrazo y felicidades por este nuevo espacio...

txusman dijo...

espero que mis hijas sean mas felices que yo, que cuando miren atrás vean que su padre fué muy feliz al verlas crecer y cuando miren hacia adelante puedan sonreir por que hay un futuro con el que hacer lo mismo con sus hijos...
y no es poco... verdad?

Nerim dijo...

No es que espere nada de mis hijos, lo único que deseo es que no dejen de quererme nunca, eso si que no podría soportarlo.

Un abrazo

BETTINA dijo...

Mía: Nunca llegué a imaginarte por esos lares....

Lala: Pero no imposible. Tampoco hay que ser tan drásticos como en el caso de los animales, pero soltarlos es bueno para ellos y muy bueno para nosotros. Creo que solo es cuestión de intentarlo.

María. (Me niego a aceptar lo de Cenicienta): Eso no lo dudo.

DElokos: No, absolutamente ninguno. Solo esperar que hayamos hecho un buen "trabajo". NO sabes lo que me alegro de reencontrarnos por aquí.

Txus: Si tus hijas te ven realmente feliz al verlas crecer, harán lo mismo con sus propios hijos. Eso seguro.

Nerim: Supongo que el secreto radica en darles alas, dejarlos volar, equivocarse, aprender y que vuelvan cuando quieran, sin presiones ni obligaciones.